En el artículo Pruebas de la Existencia de Dios se muestran evidencias sobre lo real que es Dios,
aquí en esta segunda entrada del blog JessB-Omnis se da a conocer un
descubrimiento sorprendente realizado por investigadores científicos en el
fondo del Mar Rojo que revela restos
de carruajes egipcios, lo que demuestra la autenticidad y veracidad de la
historia bíblica del cruce del Mar Rojo
por el pueblo de Israel.
Nota: Para tener un mejor conocimiento y entendimiento de
la historia del Cruce del Mar Rojo es fundamental empezar a leer la Biblia a
partir del libro de Génesis hasta el Capítulo 15 del Libro de Éxodo. Pero puede
considerarse suficiente para obtener una comprensión de los sucesos, Leer desde
el capítulo primero del libro de Éxodo hasta su capítulo 15.
A continuación, se expone una breve y sencilla narración del
acontecimiento histórico:
CUANDO Moisés volvió a Egipto, le contó a su hermano Aarón
acerca de los milagros. Y cuando Moisés y Aarón les mostraron los milagros
a los israelitas, todos creyeron que Jehová estaba con ellos.
Entonces Moisés y Aarón fueron a ver a Faraón.
Le dijeron: ‘Jehová el Dios de Israel dice: “Deja ir a mi pueblo por tres
días, para que me adoren en el desierto.”’ Pero Faraón dijo: ‘Yo no creo
en Jehová. No voy a dejar ir a Israel.’
Faraón estaba enojado, porque el pueblo quería sacar tiempo
del trabajo para adorar a Jehová. Por eso, los obligó a trabajar más duro. Los
israelitas culparon a Moisés por el mal trato que se les dio, y Moisés se puso
triste. Pero Jehová le dijo que no se preocupara. ‘Haré que Faraón deje ir
a mi pueblo,’ dijo.
Moisés y Aarón fueron a ver a Faraón otra vez. Esta vez
hicieron un milagro. Aarón echó al suelo su palo, y éste se convirtió en una
culebra grande. Pero los sabios de Faraón también echaron al suelo sus palos, y
aparecieron culebras. Pero ¡mira! la culebra de Aarón se está comiendo la de
los sabios. Todavía Faraón no quiso dejar ir a los israelitas.
Por eso llegó el tiempo para que Jehová le diera una lección
a Faraón. ¿Sabes cómo lo hizo? Haciendo que le vinieran 10 plagas, o
grandes dificultades, a Egipto.
Después de muchas de las plagas, Faraón llamaba a Moisés y
le decía: ‘Detén la plaga y dejaré ir a Israel.’ Pero cuando la plaga se
detenía, cambiaba de opinión. No los dejaba ir. Pero después de la décima
plaga les dijo que salieran.
En capítulos anteriores a este se relata que Dios había mandado 10 plagas al faraón de Egipto por no querer liberar a su pueblo: Moisés y su hermano Aarón fueron a ver a Faraón. Le dijeron: ‘Jehová el Dios de Israel dice: “Deja ir a mi pueblo por tres días, para que me adoren en el desierto.”’ Pero Faraón dijo: ‘Yo no creo en Jehová. No voy a dejar ir a Israel.’
Por eso llegó el tiempo para que Jehová le diera una lección a Faraón. ¿Sabes cómo lo hizo? Haciendo que le vinieran 10 plagas, o grandes dificultades, a Egipto.
Después de muchas de las plagas, Faraón llamaba a Moisés y le decía: ‘Detén la plaga y dejaré ir a Israel.’ Pero cuando la plaga se detenía, cambiaba de opinión. No los dejaba ir. Pero después de la décima plaga Faraón les dijo a los israelitas que salieran de Egipto. Unos 600.000 hombres israelitas salieron, así como muchas mujeres y niños. Además, mucha otra gente que había creído en Jehová salió con los israelitas. Todos llevaron consigo sus ovejas y cabras y ganado al salir de Egipto.
Antes de salir, los israelitas pidieron ropa y cosas hechas de oro y plata a los egipcios. Los egipcios tenían mucho miedo, por la última plaga que les vino. Así que les dieron a los israelitas todo lo que pidieron.
Unos días después los israelitas llegaron al mar Rojo. Allí descansaron. Mientras tanto, Faraón y sus hombres empezaron a arrepentirse de haber dejado ir a los israelitas. ‘¡Dejamos ir a nuestros esclavos!’ decían.
Así que Faraón cambió de opinión otra vez. Enseguida preparó su carro de guerra y su ejército. Entonces empezó a ir tras de los israelitas con 600 carros especiales, así como con todos los otros carros de Egipto.
Cuando los israelitas vieron venir a Faraón y su ejército, se asustaron muchísimo. No tenían ninguna manera de huir. Tenían el mar Rojo a un lado, y los egipcios venían de la otra dirección. Pero Jehová puso una nube entre su pueblo y los egipcios. Por eso los egipcios no podían ver a los israelitas para atacarlos.
Jehová ahora le dijo a Moisés que extendiera su palo sobre el mar Rojo. Cuando Moisés hizo esto, Jehová hizo que un viento fuerte del este soplara. Las aguas del mar se dividieron, y se quedaron aguantadas en los dos lados.
Entonces los israelitas empezaron a marchar por en medio del mar sobre tierra seca. Se necesitaron horas para que aquellos millones de personas con todos sus animales pasaran al otro lado. Finalmente los egipcios pudieron verlos otra vez, y se metieron en el mar tras ellos.
Cuando hicieron esto, Dios hizo que se les cayeran las ruedas de sus carros. Los egipcios se asustaron mucho y empezaron a gritar: ‘Jehová pelea por los israelitas contra nosotros. ¡Vámonos de aquí!’ Pero era muy tarde.
Entonces Jehová le dijo a Moisés que extendiera su palo sobre el mar Rojo, como viste en el cuadro. Entonces las paredes de agua empezaron a volver y a cubrir a los egipcios y sus carros. El ejército entero se había metido en el mar. ¡Y ni un solo egipcio salió vivo!
¡Cuánto se alegró el pueblo de Dios por estar a salvo! Los hombres cantaron una canción de gracias a Jehová, diciendo: ‘Jehová ha ganado una victoria gloriosa. Ha echado a los caballos y sus jinetes en el mar.’ Míriam, la hermana de Moisés, sacó su pandereta, y todas las mujeres la siguieron con las suyas. Y bailaron, cantando también: ‘Jehová ha ganado una victoria gloriosa. Ha echado a los caballos y sus jinetes en el mar.’
Habló Jehová a Moisés, diciendo:
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2
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Di a los hijos de Israel que den la
vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia
Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.
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3
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Porque Faraón dirá de los hijos de
Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.
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Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y
sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.
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5
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Y fue dado aviso al rey de Egipto, que
el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el
pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para
que no nos sirva?
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6
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Y unció su carro, y tomó consigo su
pueblo;
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7
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y tomó seiscientos carros escogidos, y
todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos.
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8
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Y endureció Jehová el corazón de
Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de
Israel habían salido con mano poderosa.
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9
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Siguiéndolos, pues, los egipcios, con
toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su
ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot,
delante de Baal-zefón.
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10
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Y cuando Faraón se hubo acercado, los
hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras
ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a
Jehová.
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11
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Y dijeron a Moisés: ¿No había
sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por
qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
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12
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¿No es esto lo que te hablamos en
Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera
servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.
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13
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Y Moisés dijo al pueblo: No temáis;
estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los
egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
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14
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Jehová peleará por vosotros, y
vosotros estaréis tranquilos.
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15
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Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por
qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.
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16
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Y tú alza tu vara, y extiende tu mano
sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar,
en seco.
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17
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Y he aquí, yo endureceré el corazón de
los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su
ejército, en sus carros y en su caballería;
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18
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y sabrán los egipcios que yo soy
Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a
caballo.
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19
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Y el ángel de Dios que iba delante del
campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna
de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas,
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20
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e iba entre el campamento de los
egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y
alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los
unos a los otros.
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21
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Y extendió Moisés su mano sobre el
mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda
aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.
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22
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Entonces los hijos de Israel entraron
por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a
su izquierda.
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23
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Y siguiéndolos los egipcios, entraron
tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y
su gente de a caballo.
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24
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Aconteció a la vigilia de la mañana,
que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y
nube, y trastornó el campamento de los egipcios,
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25
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y quitó las ruedas de sus carros, y
los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante
de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.
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26
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Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu
mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus
carros, y sobre su caballería.
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27
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Entonces Moisés extendió su mano sobre
el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios
al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio
del mar.
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28
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Y volvieron las aguas, y cubrieron los
carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras
ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.
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29
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Y los hijos de Israel fueron por en
medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su
izquierda.
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30
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Así salvó Jehová aquel día a Israel de
mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del
mar.
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31
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Y vio Israel aquel grande hecho que
Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a
Jehová y a Moisés su siervo.
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Ya habiendo asimilado la historia, es el momento de empezar
a presentar otra de las evidencias que testifican la existencia del Ser Supremo
Dios y que la Biblia es verdadera, única, escrita por hombres inspirados por Dios. Inquiriendo sobre esta grandiosa historia, me encontré
con un artículo cuya información fue extraída de una revista científica; en el
artículo se intenta explicar cómo Dios dividió el mar en dos, basándose en leyes
de la física:
“ Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que
el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el
mar en seco, y las aguas quedaron divididas”. Éxodo 14; 21.
Un fuerte viento oriental podría haber hecho retroceder las
aguas del mar Rojo de la forma descrita en las escrituras bíblicas, según un
experimento realizado por investigadores estadounidenses.
Simulaciones de ordenador, parte de un estudio mayor sobre
cómo los vientos afectan a las aguas, mostraron que el viento puede empujar y
hacer retroceder el agua cuando una curva de río se funde con una laguna
costera, señaló el equipo del Centro Nacional de Investigación Atmosférica
(NCAR por sus siglas en inglés) y la Universidad de Colorado en Boulder. “Las
simulaciones encajan de forma bastante cercana con el relato en el Éxodo”, dijo
Carl Drews de NCAR, que lideró el estudio.
“La separación de las aguas puede entenderse mediante
dinámica de fluidos. Los vientos mueven el agua de una forma acorde a las leyes
de la física, creando un pasaje seguro con agua a ambos lados y permitiendo
luego volver al agua de forma abrupta”, indicó.
Drews y sus colegas estudian cómo los tifones del océano
Pacífico pueden crear aumentos de tormentas y otros efectos de vientos fuertes
y sostenidos en aguas profundas. Su equipo localizó un lugar al sur del mar
Mediterráneo donde pudo realizarse el legendario cruce y modeló diferentes
formaciones de tierra que pudieron existir entonces, que habrían generado la
historia del mar abriéndose para atravesarlo.
El modelo requiere un terreno en forma de ‘U’ en el río Nilo
y una laguna poco profunda a lo largo de la costa. En él se muestra que un
viento de 101 kilómetros por hora, soplando de forma continua durante 12 horas,
pudo hacer retroceder las aguas de 2 metros de profundidad.
“Este puente de tierra mide unos 3 kilómetros de largo y 5
kilómetros de ancho, y permanece abierto durante 4 horas”, según refleja el
estudio publicado en la revista Public Library of Science, PLoS ONE.
“Las personas siempre se han fascinado por esta historia del
Éxodo, preguntándose si proviene de hechos históricos. Lo que muestra este
estudio es que la descripción de las aguas separadas sí tiene una base en las
leyes físicas“, dijo Drews.
En ese artículo un investigador interesado por descubrir la
manera en que Dios obró para aquel entonces, descubre que para la historia
existe una lógica y una base en las leyes físicas. Las investigaciones que se
realizan en lo concerniente a la Palabra
de Dios cada vez más evidencian lo real
que es Él.
Constantemente los arqueólogos descubren evidencias
maravillosas de las historias bíblicas, demostrando que no son “leyendas
producto de la imaginación” sino hechos reales que señalan la existencia e
intervención de un Dios maravilloso y grande en misericordia.
Hace ya unos pocos años investigadores hallaron justo en el Mar Rojo las ruedas de oro de carros
egipcios y restos humanos de gran
antigüedad exactamente donde la
Biblia dice que Faraón y su gran ejercito perecieron… allí donde el mar se
abrió y pasó el pueblo de Israel también encontraron una señal permanente en el
fondo del mar. En las orillas, encontraron las columnas que según los
investigadores creen que fueron erigidas
por Salomón para conmemorar El Cruce del Mar. A continuación, algunas imágenes:
Mapa mostrando la ruta del pueblo de Israel desde Gosen en Egipto hasta Canaán (Se ve el lugar específico del cruce).
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Visión, Área Mar Rojo
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Ronald Eldon Wyatt (1933-1999) fue un arqueólogo
bíblico aficionado y ex enfermero anestesista,
famoso por afirmar haber descubierto numerosos lugares y artefactos
relacionados con la arqueología bíblica.
Después de investigar sobre la ruta que los Israelitas
pudieron haber tomado en el Éxodo de Egipto, Ronald Wyatt encontró que la
descripción Bíblica concuerda perfectamente con una barranca profunda llamada
Wadi Watir. El libro del Éxodo explica cómo Dios condujo a los hijos de Israel,
" Y luego que Faraón
dejó ir al pueblo, Dios no los llevo por el camino de la tierra de los
Filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el
pueblo cuando vea la guerra y se vuelva a Egipto. Más hizo Dios que el pueblo
rodease por el camino del desierto del Mar Rojo" (Éxodo 13; 17-18).
Aquí encontramos un área extensa, abierta del desierto. Entonces en Éxodo 14:1-2, Dios les dijo que dieran
la vuelta alejándose del camino, el cual encontró Ronald y le condujo a una
barranca conocida hoy como Wadi Watir. La Biblia registra la
reacción de Faraón cuando le informaron que se habían desviado del
camino: "Encerrados están en
la tierra; el desierto los ha encerrado" (Éxodo 14; 3) Wadi Watir
es una barranca profunda larga que concuerda con esta descripción
perfectamente.
Mapa del sitio del Cruce del Mar Rojo y Fotografia de Satelite del lugar del Cruce
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Ronald encontró una columna derribada sobre la costa. En el
lado Saudita encontró otra exactamente igual con una inscripción en hebreo
antiguo que dice, "MIZRAIM (Egipto),
SALOMON, EDOM, MUERTE, FARAON, MOISES, YAHWEH”. Él cree que fueron erigidas
por Salomón para conmemorar El Cruce del Mar Rojo. Las inscripciones sobre
la columna que fue encontrada derribada en la costa habían sido
erosionadas. Las autoridades la han puesto dentro de concreto.
El pilar que erigió el Rey Salomón en el sitio donde cruzaron el Mar Rojo
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Explorando
las profundidades del Mar Rojo, en 1978, Ronald Wyatt y sus dos hijos
encontraron y fotografiaron numerosas piezas de carruajes incrustados por el
coral marino. Desde entonces varias incursiones de buceo han revelado más y más
evidencia. Uno de sus hallazgos incluyó una rueda de carruaje de ocho rayos, la
cual llevó Ronald al director de antigüedades egipcias, el Dr. Nassif Mohammed
Hassan. Después de examinarlo inmediatamente dijo que perteneció a la décimo
octava dinastía, fechando el éxodo en el año 1446 A.C. Cuando se le pregunto
cómo lo sabía el Dr. Hassan explicó que la rueda de ocho rayos fue utilizada
únicamente durante este período, la época de Ramses II y Tutmoses
(Moises). Cajas de carruajes, esqueletos humanos, esqueletos de caballos,
ruedas con cuatro, seis y ocho rayos, todo permanecen como un testimonio
silencioso al milagro de la división de El Mar Rojo.
Restos de humanos incrustados en un coral marino
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Rueda encontrada en el lado de Arabia Saudita
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Una rueda de carro incrustado en el fondo del mar de Playa de Nuweiba.
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Huesos de caballo mineralizados
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Coral cubriendo rueda de carro incrustado en el fondo del mar frente a Playa de Nuweiba
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Quizás lo más asombroso de todo, es la presencia de un
puente natural bajo el agua. A lo largo del Golfo de Aqaba, las
profundidades alcanzan un promedio de 1500 m y la costa Egipcia va descendiendo
a esa profundidad en una cuesta de cerca de 45 grados. Si los Israelitas
hubieran intentado cruzar en cualquier otro lugar a lo largo del Golfo de
Aquaba habrían tenido que enfrentarse con una pendiente muy inclinada. Con
todos sus animales y carros, la tarea habría sido prácticamente imposible.
Solamente aquí, en las orillas de Nuweiba, hay un " camino "
descendente en una cuesta gradual de 6 grados, a una profundidad de solamente
100 metros. La distancia de Nuweiba a Arabia Saudita es de cerca de 13 km. Y la
anchura del puente natural bajo el agua se estima que es de 900 metros.
Mapa del puente bajo el mar y Diagrama del puente natural
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Aarón Sen ha buceado en numerosas ocasiones en este sitio, y
puede testiguar de la veracidad del descubrimiento. En Marzo de
1998, fotografió los restos de una rueda de carruaje de cuatro rayos, y ha
sacado huesos humanos de los cuales hay "docenas" dispersadas en el
lecho de Mar. Un hueso fue llevado al departamento de Osteología en la
Universidad de Estocolmo, para ser analizado, demostrándose que se trata de un
fémur derecho humano, del sexo masculino. Aunque no ha podido ser datado,
evidentemente procede de épocas antiguas. La altura del hombre se estimada que
era de entre 165 y 170cm, y los huesos habían sido substituidos por
minerales. Pequeñas cantidades de coral crecieron sobre él reemplazando al
mineral. Aarón ha visto la pendiente al sur del puente natural bajo el agua.
También ha visto un camino que los Israelitas habría limpiado para cruzar el
Mar Rojo, conduciendo desde la orilla, descendiendo dentro del mar. Los Israelitas
habrían tenido que apartar las piedras y rocas a los lados para permitir
el acceso para sus carros.
La playa fácilmente pudo acomodar 2 millones de personas. Fotografía de el camino entre las montañas |
VÍDEO: Los relatos de la Biblia se han ido confirmando con los nuevos descubrimientos arqueológicos
y en este caso se confirma la
veracidad de las historias bíblicas. Este es una grabación del profesor de
hebreo antiguo, Michael Rood.
Fuente:
http://www.nuevoamanecer.cl/biblia/misterios/cruce_mar_rojo.htm,wikipedia, http://www.acontecercristiano.net/2012/05/hallazgos-arqueologicos-revelan-que-el.html.
Las citas bíblicas pertenecen a la versión Reina-Valera,
revisión del año 1960 de las Sociedades Bíblicas Unidas.
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