¿Qué podemos aprender mediante el estudio de la Biblia?

En temas anteriores, se había presentado una breve parte introductoria sobre la Biblia, en esta otra entrada lo fundamental es dar respuesta a la interrogante: ¿ Qué podemos aprender mediante el estudio de la Biblia.

La Biblia es un amplísimo campo de enseñanzas que son de vital importancia para la salud tanto espiritual como física. Este inmenso campo, como es sumamente inmenso, abarca aspectos generales para la comprensión del Cosmos, su integración y creación; nos da a conocer la manera de cómo fue creado el ser humano. Este campo arropa en su conjunto misterios perennes de vida, gran ayuda para fortalecer el comportamiento moral y ético en la persona, instrucciones que asisten a forjar ciencia y sabiduría, contribuir a interpretaciones de casualidades enigmáticas en la vida para llegar a la paz, respuestas a ciertas preguntas como las siguientes: ¿Qué es la vida?, ¿Cómo alcanzar el éxito verdadero?, ¿Cómo hallar la felicidad?, ¿Cómo ser paciente?, ¿Cómo ser valiente?, ¿Cómo ser bendecido?,…..

Estas palabras santísimas escritas en la Biblia, nos explican de forma implícitamente clara, lo que es el amor, dónde es posible encontrarlo; explican sobre la brevedad de la vida, cómo enfrentar las vicisitudes del diario vivir, nos enseñan qué actitud debemos tener hacia los bienes materiales, enseñan principios confiables que permiten dar frente a problemas y dificultades de todo tipo. La Palabra de Dios es vida, porque alimenta el alma, es pura porque emblanquece los corazones, es Luz porque espanta las tinieblas y arroja el mal al abismo, es perfecta libre de errores es completamente exacta porque viene de Dios. La Biblia es más que un universo de enseñanzas, ya que es útil para instruir en justicia, es el único medio por el cual se puede adquirir la santidad y ser puramente perfecto, y estar capacitado para realizar toda buena obra.

Las palabras de las Santas Escrituras nos muestran la forma de cómo organizar el tiempo, cómo crear amistades confiables, mantener la fe y la esperanza. La palabra de Dios, nos ayuda a construir caminos de paz y caminos de perfección absoluta. La Biblia nos acerca a Dios mientras más practicamos sus buenas y valiosas lecciones de vida.

Si actuamos conforme a lo que dice la Biblia, actuamos conforme a la voluntad de Dios, porque lo que está en la Biblia viene de Dios y si ubicamos permanentemente todos sus preceptos inscritos en la escritura en los más profundo de nuestro corazón, andando en rectitud y justicia es cuando Dios se manifestará en nuestras vidas. Ahí, está la verdadera prueba de la existencia de Dios. Al practicar sus mandamientos y preceptos escritos en la Biblia, comportándonos conforme a ellos, Dios revelará su promesa a nosotros y es cuando en realidad comprobamos más aún su existencia.

Si quieres demostrar si en realidad Dios sí existe. Haz conforme a su palabra y ella misma te revelará su existencia. La Biblia nos muestra la vía para demostrar la existencia de Dios, la verdad de que el bien siempre triunfa ante el mal. La Biblia nos abre los ojos a otra dimensión más real y viva que la que se pueda apreciar a simple vista. Nos expande la mente y nos completa de entendimiento para ver todas las cosas como Dios las ve, nos hace ser más semejantes a Dios. Es decir, nos hace ser más perfectos.

La Palabra de Dios nos da a conocer el propósito que tiene Dios para la Tierra, nos habla sobre el amor tan grande que tiene al ser humano, nos explica la forma correcta de empezar y terminar una hermosa conversación con Dios. La Biblia nos enseña a conocer a Dios; revela información que nunca sabríamos de otro modo.

La Biblia fue escrita durante un período muy largo de miles y miles y miles de años por hombres de diferentes épocas, condiciones sociales y profesionales: desde agricultores, pescadores, y pastores, hasta profetas, jueces y reyes. Pero hay algo interesante, la Biblia enseña las mismas ideas desde la primera página hasta la última y no se contradice.

La Biblia es exacta desde cualquier punto de vista, tratándose desde el punto de vista científico se puede ver que se adelantó mucho al tiempo en el cual fue escrita. Por ejemplo, el libro de Levítico contenía leyes para el antiguo Israel sobre la higiene y la cuarentena, cuestiones que las naciones vecinas de la época desconocía por completo. Además, en un tiempo en que existían ideas equivocadas sobre la forma de la tierra, la Biblia indicó que tenía forma de círculo, o esfera y habla sobre la expansión contínua del universo, como está escrito en Isaías 40; 22 que dice: “ Él está sentado sobre el círculo de la tierra; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar” . También afirmó con exactitud que ´cuelga sobre nada´, la escritura se ubica en Job 26; 7 : “ ‘El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada” . Es fácil entender que la Biblia nos es un libro de ciencias, pero es exacta cuando trata temas científicos.

Otro ejemplo de que la Biblia es exacta desde cualquier punto de vista, al aportar datos históricos es sumamente confiable y exacta. Sus relatos son específicos, y no solo indican los nombres de los personajes, sino también los de sus antepasados ( Por ejemplo, en Lucas 3, 23-38 y Mateo 1, 1-17; se observa la detallada lista de la genealogía de Jesús). A diferencia de muchos historiadores, que a menudo no mencionan las derrotas de sus pueblos, los escritores de la Biblia fueron tan honrados que hasta pusieron por escrito sus propias faltas y las de su nación. Por ejemplo, Moisés confesó en el libro bíblico de Números un grave error por el que fue censurado con severidad, esto se ve en la escritura (Números 20, 1-12):

Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.

2	Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

3	Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

4	¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?

5	¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

6	Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

7	Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

8	Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.

9	Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

10	Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?

11	Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.

12	Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

 

Esta honradez es muy poco frecuente en otras obras históricas, pero la hallamos en la Biblia por una razón: porque es un libro que proviene de Dios, escrita por hombres inspirados por él.

Se puede extraer de esta publicación que la Biblia además de ser un libro de consejos prácticos, es un libro que nos forma como personas. Es un libro que inspira fortalezas y vida, un libro que nos ayudará a prevalecer en los momentos más difíciles de nuestras vidas. La Biblia nos ayudará alcanzar la perfección al obrar de manera correcta los mandamientos y preceptos inscritos en ella. La Biblia también es un libro que profesa, es un escrito que contiene muchas profecías, muchas de las cuales ya se han cumplido. Aquí un ejemplo. A través del profeta Isaías, Dios predijo lo que le ocurriría a la ciudad de Babilonia: sería destruida (Isaías 13: 19; 14, 22- 23):

“Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios” Isaías 13: 19

“Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová. Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos”. Isaías 14, 22-23

Pero además, explicó que sería conquistada y cómo sucedería. Los ejércitos invasores secarían el río que pasaba por la ciudad y entrarían en ella sin tener que pelear. Y eso no es todo. La profecía reveló incluso el nombre del rey que conquistaría Babilonia: Ciro (Isaías 44: 27; 45, 1-2)
 
“que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar” Isaías 44: 27
 
“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos”. Isaías 45, 1-2
 
Unos doscientos años después, en la noche del 5 al 6 de octubre del año 539 antes de nuestra era, un ejército se hallaba acampado cerca de Babilonia. ¿Quién lo comandaba? Un rey persa llamado Ciro. En efecto, todo estaba dispuesto para que se cumpliera la asombrosa profecía. Pero ¿conseguirá el ejército de Ciro conquistar la ciudad sin siquiera pelear, como se había predicho?
Los babilonios estaban celebrando una fiesta aquella noche y se sentía seguros tras las enormes murallas de la ciudad. Mientras tanto, ciro ingeniosamente desvió las aguas del río que cruzaba Babilonia, de modo que el nivel del agua bajó lo suficiente como para que sus hombres se acercaran a las murallas avanzando por el cauce. Sin embargo, lograron atravesar las murallas fácilmente ya que las puertas de la ciudad se habían dejado abiertas por descuido. Dios había dicho lo siguiente acerca de Babilonia: “Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada”. Isaías 13: 20.
La profecía no sólo indicó que la ciudad caería sino que también quedaría deshabitada para siempre. Se puede comprobar que estas palabras se han cumplido. A unos 80 kilómetros al sur de Bagdad, la capital de Irak, se encuentran las restos de la antigua Babilonia. El lugar está deshabitado, lo que da prueba de que se realizó la predicación que Dios había hecho mediante Isaías: “Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová. Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos”. Isaías 14, 22-23

   

La destrucción de Babilonia es sólo un ejemplo de cómo se han cumplido muchas profecías bíblicas. Otros ejemplos son la destrucción de las ciudades Tiro y Nínive (Ezequiel 26, 1-5; Sofonías 2, 13-15). Además el profeta Daniel predijo cuáles serían los imperios mundiales que surgirían después de Babilonia, entre ellos Grecia y Medopersia (Daniel 8, 5-7 ; 20-22)

Otra de las profecías (y que pronto se cumplirá) existentes en la Biblia es la del Cielo nuevo y Tierra nueva. Dios destruirá esta tierra hundida en el pavor de la inmundicia y la maldad, y hará otra más perfecta y pura, limpia y sin maldad. La escritura a la que se hace alusión es Apocalipsis 21. Ciertamente, el que Dios haya cumplido sus promesas en el pasado nos da la seguridad de que también cumplirá su promesa de brindar un Cielo nuevo y tierra nueva.
La Biblia es todo un universo de conocimiento. Un versículo podría darnos un libro completo de nuevas enseñanzas sobre la maravilla que es Dios. Crea el hábito de cada día mostrar interés en leer y aprender de Dios leyendo la Biblia, y te darás cuenta de que todo esto que se expone es tan sólo un poco en comparación a todo lo que enseña la Biblia.

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