“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” .
Éxodo 20: 16.
El noveno mandamiento es bastante objetivo. Llegar a la práctica considerando bien este mandamiento, crea en nosotros un medio atrayente de tranquilidad, felicidad y sosegada paz. Agradables seremos ante los ojos de nuestro Dios.
Pero, ¿Qué es la mentira? Y ¿Qué es la verdad?:
Según el diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua) define la mentira y la verdad como:
Mentira: Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.
Verdad: Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
Ahora, entendiendo estos dos coneptos claros de las palabras mentira y verdad, hay que enfatizar que la verdad proviene del hebreo zemeth, "algo firme [sólido, válido, auténtico]".
Según el Nuevo Testamento: "lo que tiene certidumbre (certeza, fuerza)" o "aquello en que se puede confiar".
zEmeth, en la mayoría de los casos no se refiere a la verdad doctrinal, es decir, a un conjunto de creencias. Más bien se refiere al principio de la "fidelidad". Cuando se aplica a Dios quiere decir que él es leal consigo mismo, que actúa en armonía con sus propios atributos divinos (el vocablo deriva del verbo heb. zâman, "ser seguro", "ser firme"). Un vocablo íntimamente relacionado con zemeth es zemunah ("firmeza", "fidelidad"), que muchas veces es traducido como "verdad", pues sólo lo que es verdad puede ser digno de una confianza plena y firme.
La Biblia es clara en cuanto al tema de la verdad; no se tolera otra cosa. Dios es Verdad.
El noveno mandamiento funciona como pilar del puente que nos conducirá a la perfección y al éxito verdadero. Porque nos aleja del pecado y la corrupción.
Este mandamiento nos hace ser diferentes para ayudar a los demás alcanzar la paz verdadera; permite en nosotros servir como mecanismo de cambio en el mundo. Crea lazos que nos aproximan más a Dios. Porque Dios es un Dios de verdad.
Él quiere que nuestros corazones se mantengan siempre aislados de toda mentira y deshonestidad, y cada vez más atados a la verdad.
Consideremos las escrituras acerca de cuán importante es la verdad para Dios:
§ “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él” Deuteronomio 32:4.
§ “Porque el Eterno es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones” Salmo 100:5.
§ “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6.
§ “Tu palabra es verdad” Juan 17:17.
§ “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” Juan 18:37.
El noveno mandamiento está diseñado para prevenir la calumnia y perversión de la justicia.
Como le dijo Dios a Moisés y a los israelitas: “No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios.…
“No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito. De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos” Éxodo 23:1-2, 6-8.
La mentira y deshonestidad pervierten y corrompen los corazones y son abominaciones a Dios.
¿Hay algo que sea imposible para Dios? ¡Sí! La Biblia dice que es imposible para Dios mentir (Tito 1:2; Hebreos 6:18). Él no mentirá.
El padre de mentira
Por otro lado, Satanás es el padre de las mentiras. Jesucristo explicó a los que se estaban justificando a sí mismos y se burlaban de Él: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” Juan 8:44.
La primera mentira registrada fue cuando Satanás, a través de la serpiente, le dijo a Eva que Dios les había mentido: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” Génesis 3:4-5.
Dios había dicho que morirían si comían del árbol, pero satanás se opone diciendo que Dios no está en la verdad. – ¡Qué fatalidad tan grande! Decir que Dios que es la verdad, está mintiendo.
La mentira se asocia a satanás porque él es el padre de la mentira, nosotros no podemos apegarnos a este mal que nos conduce a la oscuridad eterna. Nos pervierte, nos hunde más y más a lo profundo de un caos de desorden sin salida.
Jurar no es necesario
La enseñanza y vida del noveno mandamiento va más allá de no jurar falsamente. Cada una de nuestras palabras deben ser confiables —no es necesario jurar.
Como Jesús enseñó en el Sermón del Monte: “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede” Mateo 5:33-37.
Dios quiere que sustituyamos la mentira con honestidad en nuestras palabras y nuestros corazones y nuestros pensamientos.
¿Qué sucede con las “mentiras blancas”?
Algunos se preguntan si es posible decir siempre la verdad y sugieren que las “mentiras blancas” son necesarias para evitar herir a otros. Pero la Biblia dice que debemos estar “siguiendo la verdad en amor” (Efesios 4:15). Las mentiras blancas no son necesarias; pero debemos hablar la verdad siempre con tacto, bondad y cortesía.
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