“Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero, que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
Éxodo 20, 8-11.
Este mandamiento nos enseña seguir el ejemplo de nuestro creador.
Cada acto que realicemos en nuestra vida siguiendo el ejemplo de Dios, nos va convirtiendo en seres de luz, porque Dios es Luz. Esto es lo que Dios quiere lograr en nosotros al instaurar todos sus mandamientos: que cumpliendo con todos sus estatutos seamos puros y perfectos en toda obra.
Así tal y como el Creador Supremo trabajó seis días y al séptimo (que es el último) descansó, debemos nosotros hacer. Tomando esta escritura y poniéndola por obra, además de seguir el ejemplo de Dios, estamos obedeciendo su palabra.
¿Cuál es el motivo principal del día de reposo?
Teniendo el conocimiento pleno de que Dios es el Creador de los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay, sabemos que Dios desea que empleemos un tiempo sagrado (santo) en el cual adorarle, ahora: ¿Cómo podríamos saber la manera en que Dios quiere que le adoremos si Él no lo hubiese revelado? ¿Cómo podría un ser humano mortal saber en qué consiste el tiempo santo si Dios no se lo enseña?
El cuarto mandamiento nos señala que el día de reposo es para Jehová nuestro Dios. Claramente está expuesta la razón primordial que le da a ese día el valor céntrico de ser mandamiento.
También no se puede ignorar que dentro del motivo que fundamenta el día de reposo, está el descanso. Dios es organizado, y este mandamiento lo demuestra, indicando a todo ser humano un momento de reposo. Un momento por el cual pasar tiempo con la familia, hacer cosas buenas, divertirse sanamente, obra conforme a la voluntad de Dios. Es un tiempo que debemos santificar.
El día de reposo en la actualidad: ¿Qué significa el sábado en el cuarto mandamiento?
Se entiende que en el antiguo testamento de la Biblia se registra que el sábado es sagrado, porque es constituido día de reposo por parte de Dios. Bien, hay que entender qué quiere decir sábado.
El sábado, que traducido al hebreo sería “ יום שבת” , es el sexto día de la semana civil y el séptimo de la semana litúrgica en la mayoría de las tradiciones cristianas.
En la mayoría de países el séptimo día es considerado domingo por lo que el sábado no sería el día de reposo. ¿Entonces podemos decir que en esos países no es posible cumplir la palabra de Dios conforme al cuarto de los mandamientos?
La respuesta a esta pregunta es que sí es posible, ya que Dios refiere al sábado como un día específico dentro de los siete días que conforman la semana; y que cada ser humano debe planificar para tomar tiempo de adoración al Santo Nombre de Dios y descansar.
Para este tiempo, el día de reposo que se indica en las Santas Escrituras, no refiere a una obligación de ser sábado como en los tiempos del antiguo testamento. Sino que nos refiere a un día (uno que debe ser el día de reposo) para adorar, alabar, exaltar el nombre de Dios y reservado para el descanso de nuestros cuerpos. Por esto no se dice el día sábado, sino el día de reposo, que en hebreo es Sabbat.
Es bueno que se entienda que el día de reposo, no es un día que vamos a emplear para hacer nada o simplemente dormir, no; se debe tomar para hacer algo diferente al resto de los días. El día de reposo es una ocasión para pasar tiempo en familia, admirar la creación y servir a los demás; haciendo cosas como visitar a las viudas o a los enfermos. Este día especial debe considerar gran fruición por parte de todos, pero no porque sea un día para dedicarnos a nuestros pasatiempos o intereses, sino porque es un día para honrar a Dios, agradarle y especialmente hacer su voluntad.
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